Centro de Estudios para la Democracia Proactiva
La Revolución de
los iguales
Por:Diosmel
Rodríguez Vega
El régimen cubano, que llegó al poder mediante la acción armada, estableció un gobierno bajo la prerrogativa de la meritocracia revolucionaria. Una condición de sacrificio supremo que le otorga el privilegio de ejercer el poder de forma indefinida.
El propio Fidel Castro siempre cuestionó la llegada al poder de cualquiera que no hubiera enfrentado ese sacrificio “supremo”. Por lo que consideró como un delito de la mayor magnitud toda acción de oposición armada. Incluso, la posesión de un arma de fuego podía conllevar a la pena de muerte, hay ejemplos sobrados.
Por tanto, todo cuestionamiento al poder, debía pasar por el escrutinio de su meritocracia revolucionaria. Esa condición reservaba el poder sólo para esa dirigencia histórica, que afortunadamente biológicamente se ha ido extinguiendo.
El ajuste biológico ha ido mutando el poder a una nueva casta, que no viene bajo esa prerrogativa del derecho histórico y que asume la responsabilidad de un país en ruinas.
Por eso, no es casualidad que esa casta se vea motivada a consolidar el control del país a través del respaldo político y económico de potencias extranjeras, como Rusia y China. A una nueva dictadura para imponer los nuevos miedos a los nuevos verdugos necesita del apoyo de viejas dictaduras.
Sin embargo, esas prebendas económicas no alcanzan para satisfacer las necesidades de tantos, que se consideran beneficiarios de una mejor posición económica por su posición y trayectoria política en defensa de la meritocracia revolucionaria en proceso de extinción.
Aqui comienza el conflicto y cuestionamiento al poder de esta nueva meritocracia, que basa sus méritos en los méritos comunes de muchos: ser integrados, o sea, pertenecer a las diferentes organizaciones políticas y de masas, haber recibido similares formaciones políticas y académicas participar de los mismos sacrificios: escuela al campo, trabajos voluntarios y algunas que otras misiones internacionalistas.
En estas nuevas circunstancias históricas hay muchos “más iguales que otros”, por lo que se hace difícil imponer esta nueva meritocracia, fenómeno político que se puede denominar como la “revolución de los iguales”.
Como es natural este fenómeno comienza a visibilizarse en el mundo intelectual, ya hay muchos acontecimientos y actitudes de personas que lo ilustran. En estos momentos es noticia la Declaración de la Asamblea de Cineastas Cubanos y la confrontación con la Seguridad del Estado de la Profesora Alina Bárbara López Hernández, quien ha dejado bien claro la importancia de la confrontación intelectual en la revolución de los iguales.
Sin embargo, en Cuba los “más iguales que otros” se dividen en dos grupos: los que siguen viviendo como hasta ahora y los que no pueden seguir viviendo como antes. Estos últimos son los que se pueden convertir en la gente del cambio, en esta revolución de los iguales.
Este segundo grupo de los “más iguales que otros” por su procedencia tiene preparación académica y profesional, lo que le permite tener la capacidad de formar gobierno, algo sumamente importante para lograr el reemplazo al régimen cubano actual.
Se podría cuestionar que vienen del actual régimen, pero su ruptura con el régimen hace reconsiderable su posición, ya que a lo largo de estos tantos años de castrismo han sido muchos los desertores que se han perdonado y reinsertado, incluso en la oposición y hasta con buenos cargos y posiciones en instituciones y medios.
Se reconoce el mérito histórico de nuestra oposición, que también muchos opositores vienen de las filas del régimen, pero hay que darle paso a nuevas alternativas, para ganar en tiempo los cambios, ante que rusos y chinos consoliden sus posiciones.
Según Máximo Gómez: “Para andar más pronto el camino de la organización nacional elegid para directores de nuestros destinos, a los hombres de grandes virtudes probadas, sin preguntarles en dónde estaban y qué hacían mientras Cuba se ensangrentaba en su lucha por la independencia”.
Si la democracia llega, no importa quién la traiga, aunque los últimos sean los primeros.
Florida, 21 de junio 2023
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