martes, 19 de enero de 2010

Haití: la refundación, una solución definitiva.

Por: Diosmel Rodríguez
rdiosmel@gmail.com

Lo sucedido en Haití es el clímax de una gran tragedia. De una tragedia acumulada por años, que no encontró solución mediante las prácticas convencionales de ayuda; debido a la propia infraestructura de la causa que la origina. A partir de ahí, nace la posibilidad de una solución definitiva, la refundación de Haití.

La reconstrucción de Puerto Príncipe y otras ciudades sería sumamente costosa, por las condiciones en que se encuentran antes y después del terremoto. Hay que demolerlo prácticamente todo, incluso sacar del área, aquellas personas que permanecen en sus respectivas viviendas.

La experiencia ha demostrado que los países que reciben sistemáticamente ayuda humanitaria, desarrollan una cultura asistencialista. La ayuda humanitaria no necesita demostrar resultados tangibles, por lo que se presta para la corrupción. Haití ha recibido multimillonarias contribuciones y no logró indicadores aceptables, a pesar del esfuerzo internacional por reducir su estado de pobreza extrema.

La solución definitiva sería la relocalización de su población en asentamientos de 40 a 50 mil habitantes. Los lugares de asentamientos serían determinados por estudios socioeconómicos de factibilidad.

Los países y comunidades encargados del desarrollo internacional, bajo el auspicio de la Naciones Unidas, podrían definir quienes serían los garantes de cada asentamiento. Luego de la edificación, estos mismos países, quedarían encargados de monitorear y potenciar su desarrollo, tanto económico como social.

La edificación de nuevos pueblos, brinda la posibilidad de construirse viviendas de bajo costo, pero con las condiciones mínimas de habitabilidad, de acuerdo a los estándares internacionales. Además, cada pueblo llevaría las infraestructuras mínimas indispensables, en materia de salud, educación y las instituciones públicas. Así como todas las redes de acueducto, alcantarillado, electricidad y comunicaciones.

Otro aspecto positivo de la reubicación habitacional en Haití sería la desconcentración poblacional. Eso rompe el esquema logístico de la delincuencia, facilita el desarme de la población y del crimen organizado.

El esquema de desarrollo debe ser preconcebido y los asentamientos deben surgir con estructuras económicas definidas. No hay población alguna que no tenga capacidad para emplear su fuerza de trabajo de forma racional y productiva, si se evalúan y diseñan iniciativas y proyectos de acuerdo a sus potencialidades.

Aunque se trata de relacionar la catástrofe ocurrida en Haití, con la pobreza extrema que vive esa nación caribeña, la realidad es otra. La clase media, por las características constructivas de sus viviendas, fue la más afectada. El desplome de las sedes de las principales instituciones del país, así lo demuestran. Todavía no se ha hecho el recuento de la naturaleza y la composición social de las víctimas, cuando se haga, se comprobará el número de técnicos, profesionales, funcionarios, deportistas, artistas y miembros de la comunidad empresarial, que perecieron en el terremoto.

Haití necesita más que una reconstrucción material, Haití tiene que refundarse como nación, recuperar su identidad nacional, sus valores morales y espirituales. En todo esto debe enfocarse la comunidad internacional.

El presidente de Colombia Alvaro Uribe ha recomendado implementar la misma estrategia que se llevó a cabo en la ciudad de Armenia, para su reconstrucción después del terremoto ocurrido allí, el 25 de enero de 1999.

El sistema tendría características similares al fondo Forec, creado en 1999 para la reconstrucción de Armenia, tras el terremoto que afectó al Eje Cafetero ese mismo año.

Según Uribe: "A cada país dispuesto a ayudar se le deben asignar responsabilidades para tareas específicas y Colombia tiene toda la disposición". Sin embargo, la distribución de tareas pudiera llevarse a todos los niveles, incluso, a nivel de ONG,s. En nuestro caso, The Civil Rural Development Project, Inc. estaría en capacidad de implementar su iniciativa del desarrollo rural integral, a partir de las microempresas asociativas solidarias, cuando se entre en la etapa de la recuperación económica.

Si en Haití, no se toman las medidas necesarias, y de forma inteligente y responsable se asume esta situación, Haití corre el riesgo de desaparecer como nación.

www.proyectorural.org

1 comentario:

marelys leyva dijo...

me parece muy bueno este analisis, y creo que es lo mas factible y razonable.